lunes, 20 de abril de 2020


Reflexión que me alegra escribir.
Estoy muy agradecida con Dios por todas las bendiciones que a lo largo de mi vida he recibido, estoy agradecida de mis padres, por haberme engendrado, de mi madre en especial, por su constancia para con nosotros, de su amor incondicional para con nosotros sus hijos, del amor que tuve la fortuna de recibir de ella, de su dedicación en mi formación, de enseñarme a apreciar la vida a través de la contemplación, de aprender de ella, por ejemplo, de irme muy pequeña, con ella al gallinero, y me ponía en el oído el huevito que estaba por nacer, y yo oía como picaba el pollito desde dentro la concha, luchaba por nacer, le agradezco el saber leer, me enseñó a muy temprana edad, yo era demasiado tremenda y ella me enseño jugando, apostando, colocaba en una columna cuando yo acertaba la palabra, y en otra cuando yo me equivocaba, estos eran puntos a su favor, me enseñó la combinación de las letras, aprendí a leer por sonidos, ella me enseño sin pensar que el experimento dio resultado positivo, y que por ganar la competencia, a muy temprana edad esa niña ya sabía leer, mi madre me enseño entre otras cosas, la importancia de la respiración profunda, sobre todo a respirar en los momentos de angustia, de problemas, ( resulta que eso es una técnica científica que nos permite conectar las neuronas y dar nuestra mejor respuesta, ser proactivos, ) también me enseño detalles de su niñez, que recuerdo esas anécdotas al detalle, de cuando ella era pequeña, episodios con su hermana, con mi abuela, esos recuerdos los atesoro al punto que los considero como si fueran míos, donde admire desde siempre, su sagacidad y sabiduría innata para encarar las cotidianidades de la vida, gracias por ese amor que sembraron mis padres, por la lectura (ambos) mi papa recuerdo yo, que se moría de la risa cuando yo con unos 3 años de edad, le leía en voz alta, a solicitud suya, pasajes de un libro ilustrado llamado "LAS PARABOLAS DE JESUS", ellos me celebraban cada lectura, al final de la misma había como una especie de reflexión, acompañaba ese libro, otro que atesoraba como una de mis posesiones más preciadas, llamado "LAS FABULAS DE ESOPO" esa fue otra de mis primeras lecturas, entonces gracias a estos libros, se me fue creando en mi cerebro una especie de sabiduría producto de tales lecturas, al punto que yo veía venir las cosas, y fluía en mi como una especie de predestinación lógica de las cotidianidades, nada de especial había en ello, simplemente que fui una niña a la que estimularon su intelecto desde pequeña. Gracias a Dios por ello, por esos padres de bendición que la vida me otorgó, por ese sentido de profundo agradecimiento y alegría que sembraron en mí, por esa manera positiva de encarar la vida y sus problemas, en tratar de conseguirle la solución a los retos, eso me enseñó desde pequeña. También a entender que mi posición era una de las tantas y múltiples perspectivas en ver ese asunto, allí aprendí el sentido y la importancia de la practicidad, que fue incorporada en mí, además de los principios, y valores, se me enseño la importancia de la puntualidad, de la coherencia, el hablar, pensar y actuar de la misma manera, el sentirme orgullosa de mi, del amor hacia la familia, hacia mis hermanos especialmente únicos cada uno y súper necesarios en mi vida, el respeto al punto de vista ajeno, en fin, valoro todo ello, en esta hora, pensando sobre el tema, de la gratitud.. Gracias le doy en primer lugar a Dios y la vida que escogí, me permitieron adquirir este lugar apartado, esta vivienda, donde acompañada del silencio, oigo todos los días al amanecer cientos de pajaritos cantando, donde se ponen más vigentes que nunca, ese poder creador y la capacidad de no quedarme quieta, de siempre inventar, aportar, buscar, siempre están presentes en mí, como una segunda naturaleza, esas son mis herramientas actuales de vida, de supervivencia, producto de una infancia rica y completa que hicieron de mi el ser humano que oy en dia soy, donde actualmente camino por cualquier vereda, trecho, paso angosto, autopista de dos vías, oscura o iluminada, transitandolo a pie o en carro ultimo modelo, siempre que transito estos caminos, lo hago con la frente en alto, y llevo un equipaje muy ligero, porque aprendí desde siempre, a asumir y procesar mis responsabilidades, y cuando la carga era mucha entendí la importancia de compartir, o de lanzar al viento el peso y dejarle a la vida el proceso del caso, porque hay circunstancias donde la solución a las cosas es respetar los procesos, y que afloren solas las respuestas, donde ninguna de ellas depende de uno, sino del inexorable tiempo, como dice una de mis canciones preferidas: "el cruel amigo, el que no perdona" pero siempre muy consciente de que el aporte, para la solución, fue darle a ese inconveniente la libertad del caso.
Gracias a la vida, por mi par de hijos, nobles, buenos, únicos, por amarme, cuidarme y estar pendientes de mi. gracias a sus hijos a los nietos que me dieron, porque los he disfrutado, y en su momento, cuidado como propios. gracias a mi pareja por estar allí, amarme, soportar mi carácter y ser consecuente, y siempre mirarme con esa luz tan especial en sus ojos que indica que aun soy "su amor secreto" te amo mi bb. gracias por estar y ser. Gracias al resto de mi familia, es numerosa, ellos saben quienes son, a pesar de estar lejos en mis oraciones los incluyo, son mi norte, mi rumbo, gracias a mis amigos, pocos pero escogidos, o tal vez decantados por la vida misma, gracias por contribuir con su aprecio a mi crecimiento como ser humano, gracias a mis vecinos por ser la familia a la que uno acude en los momentos de crisis, y gracias a este medio de comunicación porque se que algún dia leerán esto que escribo. Los amo.


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